La enfermedad coronaria puede llevar a tener un infarto cardiaco, a esta enfermedad se le conoce como cardiopatía isquémica y es la principal causa de muerte a nivel mundial. El manejo de esta enfermedad es dado por un equipo de cardiólogos, hemodinamistas y cirujanos cardiotorácicos, quienes ofrecerán el mejor tratamiento dependiendo cada caso en particular. La cirugía coronaria se puede realizar por un abordaje convencional “a corazón abierto” o por un abordaje mínimamente invasivo “MICS o MIDCAB” dependiendo las características del pacientes. Existen múltiples ventajas de la cirugía sobre la intervención por cateterismo, entre ellas el tiempo de sobrevida y tiempo libre de enfermedad; sin embargo esto se ajusta a cada paciente en particular.

Las valvulopatías cardiacas se presentan a cualquier edad, inclusive desde el nacimiento, y pueden tener dos mecanismos de lesión; las insuficiencias que es un inadecuado cierre de la válvula que permite el regreso de la sangre a la cavidad previa, y las estenosis que es un cierre excesivo de la válvula impidiendo el paso de la sangre a la siguiente cavidad. Dependiendo el grado de severidad de la enfermedad de la válvula se puede ofrecer manejo quirúrgico, que puede llevarse a cabo de manera convencional “a corazón abierto” o por un abordaje mínimamente invasivo “MICS” dependiendo las características del paciente. La cirugía ha demostrado grandes ventajas sobre la intervención por cateterismo, entre ellas el tiempo libre de enfermedad y degeneración de la válvula, importante mencionar que esto se ajusta a cada caso en particular.

Es una enfermedad observada poco frecuente en la población en general, siendo la población joven y los portadores de catéter crónico los más afectados. El cirujano cardiotorácico es el especialista en atender estas enfermedades y podrá ofrecer la resección del mismo de manera convencional “a corazón abierto” o por un abordaje mínimamente invasivo “MICS” dependiendo las características del pacientes.

La endocarditis o infección dentro del corazón es una enfermedad muy grave que presentan los pacientes con factores de riesgo como inmunosupresión, mala higiene dental o con enfermedad renal que requiere hemodiálisis. El tratamiento se inicia con antibióticos de amplio espectro, pero dependiendo del tamaño de la infección (vegetación) podrá ser necesario una intervención quirúrgica abierta o por mínima invasión, para resecar la lesión y corregir las estructuras del corazón que se afectaron.

Las arritmias cardiacas es una patología frecuente en la población en general, estas pueden ser muy variadas y dependiendo el tipo y lugar de origen pueden ser benignas o poner en riesgo la vida. El tratamiento es dado por un equipo de cardiólogos y podrán apoyarse en el cirujano cardiotorácico, si se considera al paciente candidato a cirugía correctiva de la arritmia o candidato a colocación de un marcapasos.

Las cardiopatías congénitas abarcan una gran variedad de malformaciones del corazón del recién nacido y del adulto. Incluyendo desde defectos (hoyos) en las paredes internas del corazón, hasta orígenes (nacimientos) anormales de arterias, venas o válvulas del corazón. Los pacientes que presentan alguna enfermedad que necesita tratamiento quirúrgico, deberán recibir la valoración por el cirujano cardiotorácico lo antes posible, para mejorar la expectativa y calidad de vida.

Las enfermedades del pericardio tienen origen debido a otra enfermedad de base del paciente, la mayoría suelen ser enfermedades inflamatorias o cáncer, aunque también algunas infecciones, principalmente virales, pueden afectar al pericardio. El derrame pericárdico es líquido que comprime el corazón, generando sensación de falta de aire en el paciente, poca tolerancia a la actividad física, arritmias y riesgo de muerte en casos muy severos. El tratamiento inicial es con medicamentos, pero en casos más severos el cirujano cardiotorácico puede llevar a cabo abordajes invasivos, como la pericardiocentesis o la ventana pericárdica para drenar el líquido.

Es una enfermedad donde se pierde la estructura y aumenta de tamaño de la arteria principal del cuerpo. La aorta es la arteria que se origina directamente del corazón y es encargada de llevar la sangre a todas las demás arterias que nutren a los órganos del cuerpo. El aneurisma se puede encontrar de manera incidental en un “check up”, aunque generalmente este se diagnostica cuando el paciente refiere alguna molestia como dolor de pecho, pérdida del apetito y dificultad para comer, o compromiso vascular en alguna extremidad. Los aneurismas de aorta son un padecimiento que debe atenderse de manera urgente una vez diagnosticado. El cirujano cardiotorácico ofrecerá un abordaje quirúrgico abierto o por cateterismo dependiendo la localización y características del aneurisma.

Es una enfermedad donde las capas de la aorta se “rompen” y permiten el paso de sangre entre ellas, poniendo en riesgo la vida del paciente por la posibilidad de ruptura de la arteria. Las causas de disección aórtica pueden ser por traumatismos como caídas de gran altura, accidentes vehiculares a gran velocidad, por endurecimiento de la aorta en fumadores, hipertensos o adultos mayores, en pacientes con enfermedades genéticas como Marfan. El tratamiento es llevado a cabo por el cirujano cardiotorácico y dependiendo las características y localización de la disección se ofrecerá cirugía abierta o por cateterismo.

Las venas de las piernas suelen desgastarse conforme uno envejece, sin embargo también otras enfermedades pueden afectar la salud de las venas. Las varices en las extremidades inferiores suelen manifestarse como pequeñas “arañitas” en la piel de las piernas, pero si no se atienden pueden llegar a presentarse como venas tortuosas y crecidas de tamaño, con cambios de la coloración de la piel e inclusive hasta llegar a un punto de presentar úlceras sangrantes o trombosis. El tratamiento oportuno con medicamentos y/o cirugía por mínima invasión siempre será la mejor opción, así como la valoración del grado de insuficiencia venosa por el experto, podrá evitar complicaciones que pongan en riesgo la vida.

La estenosis en la arteria carótida, que lleva la sangre al cerebro, puede llegar a presentarse cuando el paciente tiene problemas de colesterol alto o enfermedades que predisponen a la aterosclerosis. La disminución del calibre de esta arteria puede predisponer a un EVC (embolia cerebral). La forma de diagnosticar esta enfermedad es al auscultar un soplo en el cuello o síntomas neurológicos. Se corrobora realizando ultrasonido de cuello. El tratamiento de elección para la estenosis carotídea es la endarterectomía carotídea, siendo este abordaje superior al tratamiento por cateterismo, disminuyendo el riesgo de eventos cerebrales y las complicaciones vasculares. El uso del cateterismo para el manejo de la estenosis carotídea esta reservado para aquellos pacientes que no pueden someterse a una cirugía.